viernes, 28 de octubre de 2011

ROMY SCHNEIDER





Romy Schneider fue una de las actrices con más proyección internacional que tuvo el cine europeo; hermosa, de rostro aniñado y mirada inocente, fue considerada durante algún tiempo la “niña mimada del cine francés”. Inolvidable en su papel de Sissi Emperatriz, lo cierto es que sus mejores trabajos los desempeñó trás desembarazarse de este personaje, que en cierto modo la estigmatizó durante toda su carrera profesional.
Siempre me impresionó su rostro…ese rostro bello de preciosos ojos azules, que antaño fueron vivos y sonrientes, pero que poco a poco fueron perdiendo su luz, ya que en ellos se fueron reflejando todas las tragedias vividas…tragedias que poblaron de soledad ,de miedo y de angustia de vivir su dulce mirada.

Su persona logró transmitir una ternura y una empatía que la acompañó hasta su muerte, y aunque la vida la trató con dureza y fue implacable con ella, en el cine su recuerdo siempre quedará asociado al de esas maravillosas y coloridas películas ,en las cuales daba vida a la princesa bávara más famosa de todos los tiempos.


Romy nació en Viena un 23 de Septiembre de 1938. Procedente de una familia de artistas, ya que su padre fue un afamado actor de teatro y su madre una actriz muy considerada sobre todo por su interpretación en la película “Amoríos” de Max Ophuls, Romy siempre sintió la necesidad de expresarse mediante la interpretación.


El matrimonio terminó separandose, y Romy pasó casi toda su infancia en un internado en el cual pudo desarrollar su afición por el teatro. Al abandonar el internado, la actriz se matriculó para estudiar Bellas Artes, y con tan sólo 15 años pudo debutar junto a su madre en un pequeño papel en la película “Lilas Blancas” (1953), en la que su progenitora fue la protagonista.


Su aparición fue muy elogiada, ya que derrochó un talento poco común en una adolescente de tan corta edad, y a partir de este momento le ofrecieron numerosos papeles, que por otra parte eran estudiados y elegidos por su madre con mucho criterio. Así que su carrera despegó de una manera inaudita, pues tan sólo dos años después de su debut, le sería ofrecido el papel por el que sería conocida mundialmente.

Su buen hacer y su jovialidad interpretando a la bella princesa en “Sissi” (1955), encandilaron a la crítica y al público, que convirtieron la película en todo un éxito de taquilla, por lo que a los pocos meses de que acabara el rodaje, el mismo director demandó de nuevo a la joven para “Sissi emperatriz” 1955 que obtuvo el mismo recibimiento por parte del público, así que un año más tarde se completó la trilogía con “El destino de Sissi”  (1957); aunque estos films de corte romántico cuentan con innumerables seguidores, debo reconocer que a mi particularmente ni su estética ni su trama, llegaron nunca a convencerme, y aunque es innegable que Romy apareció espléndida, y se hizo mundialmente conocida gracias a este personaje, pienso que fue una losa muy pesada que siempre arrastró a lo largo de una carrera que fue muy notable, pero que pasó prácticamente desapercibida precisamente a la asociación que siempre hizo el publico de Romy con el personaje de la famosa Emperatriz.




Este personaje aparte de ligarla de por vida a la princesa Sissi, también la encasilló en un determinado tipo de género como fue el romántico, por otra parte muy demandado en la época, así que sus siguientes producciones siguieron todas el mismo patrón: “Un amor en París” (1957), o “Amoríos” (1958),  por cierto ésta fue un remake de la protagonizada años antes por su madre, fueron una clara muestra de ello.


En ésta última citada, sería donde conocería a uno de los grandes amores de su vida el también actor Alain Delon.






Su unión con el atractivo actor agradó tanto a la industria cinematográfica como al público, que veía en ellos una pareja ideal; fueron el blanco perfecto para la prensa rosa, que seguía sus escapadas con interés, mientras ellos se dedicaban a vivir la vida parisina con intensidad e incluso de manera algo temeraria; sus noches en la ciudad de la luz, fueron objeto de numerosas habladurías,  ya que la pareja alternaba hasta altas horas de la madrugada en compañías no demasiado recomendables.


Comenzaron así los jugueteos con las drogas para una Romy ya entonces muy popular, pero que prácticamente quedó anulada bajo la deslumbrante y atractiva figura de este actor. Con el paso de los años la relación se fue deteriorando , debido sobre todo a las infidelidades del actor, cuentan las malas lenguas que Alain llegó a tener una relación amorosa con Visconti al que idolatraba. De todas maneras, este hecho no hizo imposible que la amistad entre los dos se mantuviera intacta a lo largo del tiempo, ya que volvieron a trabajar juntos algunas veces más, y siguiendo profesándose un inmenso cariño.




En el año 1958 Romy se decidió finalmente a dar un cambio radical en su carrera con la película “Corrupción en el internado”, en la apareció muy lejos de aquella imagen romántica de antaño, ya que el film fue un drama mordaz sobre el lesbianismo; Romy en el papel de alumna, y Lili Palmer en el papel de profesora llegaron a lucir un poquito de su amor lésbico en la pantalla, cosa que por otra parte no gustó en absoluto a un público que aún asociaba la imágen de la actriz, con la de la niña mona e inocente. Sin embargo los críticos comenzaron a mirar a Romy con otros ojos, ya que se dieron cuenta del enorme potencial que tenía la actriz, y a partir de este momento el respeto hacia su trabajo se acrecentó.







En el año 1961 Visconti le ofreció protagonizar la obra teatral de John Ford “Lástima que sea una puta”, en la que aparte de compartir protagonismo con Delon, demostró que en los papeles de personajes complejos y trágicos era en los que más brillaba.
De nuevo fue reclamada por Visconti para protagonizar uno de los cuatro episodios que compusieron la película de “Bocaccio’70”: resultó inmensa en su papel de aristócrata hastiada de un amor infiel y destructivo.




Con estas estupendas interpretaciones se fue ganando poco a poco un gran respeto por parte del público, que por fin comprendió que sus días de mujercita inocente y juvenil habían terminado, y aunque a lo largo de su carrera algunas veces tuvo que conformarse con lucir su bonito rostro, lo cierto es que la mayoría de los proyectos que que vinieron después, fueron complejos y de una dificultad escénica que sólo ella pudo sacar adelante.

La industria americana también cayo rendida ante su gran talento y su radiante belleza, por lo que fue demanda para protagonizar importantes producciones como “Los Vencedores” 1963 o “El cardenal” 1963 . También fue requerida para aparecer en películas algo más frívolas como en la comedia “Préstame a tu marido” 1964 ,en cual compartió protagonismo con el fantástico Jack Lemmon o “¿Qué tal gatita” 1965 , junto a Woody Allen y Peter O’Toole.

Años después la actriz se pronunció respecto a su experiencia americana en el cine, y aunque según sus palabras no resultó en modo alguno desagradable, siempre prefirió trabajar en Europa porque consideraba que las películas resultaban mucho más comprometidas, y ella se encontraba mucho más cómoda.

Así que volvió a lucirse en el cine europeo con títulos como “La ladrona” 1966, “La piscina” 1969 en la que trabajó de nuevo con su antiguo amor Alain Delon, o “Las cosas de la vida” 1970.

En el año 1972 Visconti filmó un drama histórico sobre el Rey Luis II de Baviera llamado “Ludwing”, que aparte de ser muy elogiado por la crítica, nos permitió volver a disfrutar de Romy Schneider dando vida al personaje de la famosa emperatriz Sissi :fue como un guiño a su pasado, porque lo cierto es que apareció, si cabe, más bella que en sus inicios, y como no mucho más convincente.
En la década de los 70 todas sus películas fueron rodadas en Europa; algunas fueron más notables que otras ,pero en todas demostró su gran calidad como actriz : “El tren”, “El trío infernal”, “Lo importante es amar”, “Inocentes con manos sucias”, “Una mujer en la ventana” , “Lazos de sangre” o “La muerte en directo” sólo son una pequeña muestra de todas las que llegó a interpretar. De los años 80, cabe destacar un thriller llamado “Arresto preventivo” ,del que algunos años después se hizo un remake llamado “Bajo sospecha”, protagonizado esta vez por Gene Hackman, Morgan Freeman y Mónica Bellucci.







Respecto a su vida privada decir que ha sido una de las actrices cuya vida personal más me ha impresionado por los horrores a los que se tuvo que enfrentar :¿Puede haber algo peor que sobrevivir a tu propio hijo?.


Sus romances siempre acabaron en fracasos y decepciones, y jamás pudo encontrar la estabilidad respecto al amor. Con Alain Delon sufrió lo que no está escrito, pero supo perdonar y siempre se refirió a él como uno de sus grandes amores. En el año 1968 se casó con un actor y director de teatro llamado Harry Meyen, con el que tuvo a su malogrado hijo David ; la convivencia fue un infierno a causa de las adicciones de ambos, y pusieron punto y final a su relación unos años después. Harry nunca pudo superar la ruptura y se suicidó, hecho que consternó profundamente a la actriz.

Su segundo matrimonio con el actor Laurent Petin, le dió como fruto a su segunda hija Sara, pero no fue suficiente para salvar un matrimonio que estaba abocado al fracaso sobre todo por la afición de la actriz al alcohol. Seguramente Romy hubiera superado con el tiempo estos fracasos sentimentales, pero lo que nunca pudo superar fue la trágica muerte de su primogénito: el pequeño  murió al intentar trepar la reja de su casa, en la cual quedó atravesado al resbalar. La imagen debió ser terrorífica, y a Romy se le borró la sonrisa para siempre;  aún así, tuvo fuerzas para acabar su última película “Testimonio de mujer”1982, que dedicó a su hijo y al padre de éste; diez meses después de la muerte de su hijo, fue encontrada muerta en su apartamento de París.



Romy dejó atrás una desgraciada vida que la abocó a un final precipitado, tan sólo tenía 43 años, pero también dejó un legado de actuaciones maravillosas y un recuerdo inolvidable entre muchísimas personas, que la seguimos respetando y admirando, y que sentimos una ternura especial hacia esta mujer tan bella por todo el horror que tuvo que vivir.


martes, 18 de octubre de 2011

RHONDA FLEMING






Tal vez la carrera de esta actriz no fue lo bastante relevante como para ocupar un lugar en la historia del cine, pero su rostro y su imponente cuerpo fueron motivo de admiración de todo aquellos que tuvieron el placer de contemplarla. Protagonista casi siempre de películas de serieB, provocó el entusiasmo del público masculino más que otras que gozaban de un prestigio artístico reconocido. Su decisión más acertada fue teñir su cabello pelirrojo, y retocar su deliciosa nariz, que en sus inicios resultaba quizás demasiado protuberante, porque a partir de este momento, su figura resultó indispensable en los contextos pintorescos e incluso algo Kitsch, que tanto agradaban en aquellos tiempos, llegándo algunos incluso a concederle el título de “reina del technicolor”.

Trás estos cambios, su rostro se vió invadido de toda una explosión de colores, ya que el rojo de su cabello contrastaba con el azul eléctrico de sus ojos y con el frambuesa sugerente de sus labios de una manera que agradó en demasía a los fotográfos hollywodienses del momento; así la actriz fue inmortalizada envuelta en pieles tigradas, con vestidos estupendos de lamé dorado ,o echada sobre pieles de oso o leopardo ,dando muestra así de lo salvaje y provocadora que resultaba su belleza.

Y aunque llegados a este punto podríamos llegar a pensar que Rhonda tan sólo fue dueña de un físico hermoso, lo cierto es que supo encauzar su carrera en el cine maravillosamente, y en alguna ocasión hasta llegó a asombrar a la crítica con interpretaciones en películas inolvidables y que pasaron, por méritos propios, a formar parte de la larga historia del cine.





Rhonda nació en la cuna del cine ,Hollywood, un 10 de Agosto de 1923. Su madre era una actriz de comedia musical , por lo que desde bien pequeña se podía sospechar cual sería el futuro profesional de Rhonda. Comenzó en esto del artisteo de la mano de la radio, antes de debutar en los escenarios californianos.
Empezó en el cine como starlette en la Fox con el título “In Old Oklahoma” 1943, pero fue realmente David O’Selznick quién le ofreció su primer contrato.
Trás protagonizar un pequeño papel en “Desde que te fuiste” 1944, interpretó en la película “Recuerda” 1945 de Alfred Hitchcock un corto pero sustancioso papel de ninfómana ,que le valió el reconocimiento de la industria.
Después de estas intervenciones fue cedida a la RKO, donde tuvo el honor de participar en dos de las mejores películas de misterio de la época: “La escalera de caracol”1946 junto a Dorothy McGuire y George Brent, y “Retorno al pasado” 1947, en la que trabajo con actores de la talla de Robert Mitchum o Kirk Douglas.



Pero su verdadera oportunidad llegaría con la Paramount, mediante su interpretación de lady Alisande la Carteloise en la película “Una yanqui en la Corte del Rey Arturo” 1949, en la que gracias a su estupenda cabellera rojiza ,y como no al technicolor apareció deslumbrante.



Esta fue tal vez la película que determinó sus siguientes trabajos en el cine, ya que a partir de entonces decoró con su presencia numerosos films de aventuras casi todos propios de peliculas de serieB.
Así dió vida a una bailarina exótica en “Little Egypt” 1951, o a una dama pirata en “The Golden Hawk”1952; ambos papeles beneficiaron su imágen de chica sana y natural, con un toque discretamente distinguido y de una gran belleza. Aunque entre estos rodajes también tuvo el tiempo y el placer de protagonizar un film de cine negro junto a Dick Powell llamado “Grito de terror” 1951, que aunque nada pretencioso logró un magnífico resultado.







En el año 1953 apareció en una buena película de suspenso filmada en 3-D que se llamó “Inferno” dando vida al personaje de una mujer vengativa, fria y calculadora, al lado de Robert Ryan que interpretaba el papel de marido del susodicho personaje y en el que recaian todas las iras de su maléfica esposa, y este mismo año y aprovechando los decorados de la “Salomé” de Rita Hayworth apareció como una sibilina Cleopatra en ” Serpent of the Nile” 1953.







También en el año citado anteriormente ,prestaría su despampante imágen a un western de la Paramount llamado “El triunfo de Bufallo Bill” : ni Charlton Heston, ni la figura de tan bella dama consiguieron que se hablara del film más que lo justo para no pasar desapercibido.
Fue en el año 1956 cuando pareció elevar en categoría su trayectoria profesional, participando en una interesante producción de Frizt Lang llamada “Mientras Nueva York duerme”; en este film de cine negro compartió profesión con actores de gran categoría como Dana Andrews, George Sanders o Ida Lupino, y ella estuvo sensacional en el papel de amante de un fabuloso Vincent Price, porque aunque su papel fue secundario se lució estupendamente al lado de tan laureados intérpretes.
Este mismo año apareció junto a otra pelirroja de culto llamada Arlene Dahl en “Ligeramente escarlata”; la película en un principio catalogada como de serieB, fue escalando posiciones con el paso de los años ,y se convirtió en irresistible aunque sólo fuera por poder contemplar a estas dos señoritas de cabello de fuego y estilismos arrebatadores.







Su siguiente aparición también fue inolvidable gracias a un fabuloso western llamado “Duelo de Titanes” 1957 , en el que tuvo como partenaires a fabulosos actores como Kirk Douglas o Burt Lancaster los cuales demostraron que el título de la película les venía como anillo al dedo, pues aparecieron como verdaderos titanes de la interpretación.







Dando muestra de su gran versatilidad, en el año 1959 compartió cartelera con uno de los cómicos del momento, Bob Hope, en “Alias Jesse James”, un western -comedia que tuvo una muy buena acogida.
De sus siguientes títulos cabe destacar : “La rebelión de los esclavos” 1961, porque fue rodado en España y porque Rhonda en el papel de patricia romana Flavia quedaba increíble, pero no precisamente por su belleza, una comedia rodada junto al gran Jerry Lewis llamada “Jerry Calamidad” 1964 y finalmente una película rodada en Italia llamada ” La esposa americana”.
En la decada de los 70 su popularidad comenzó a decaer porque también lo hizo su físico , gracias al cual logró introducirse en el mundo del cine. Su última aparición en la gran pantalla, se produjo en el año 1980 con “The Nude Bomb”que se trató de una comedia de espionaje entretenida de ver.
Su vida personal fue inquieta como ella misma, llegando a contraer matrimonio cinco veces; junto a su actual esposo fundó, ya hace algún tiempo, una asociación que lleva su nombre ,dedicada a la lucha contra el cáncer, y ha participado en multitud de obras benéficas.
Rhonda, no fue una actriz que pasara a la posteridad del cine por sus grandes interpretaciones, pero trabajó con constancia y profesionalidad, aunque sólo fuera para exhibir un físico increíble; durante varias décadas fue objeto de admiración para el sexo masculino ,que visionaban sus películas para poder contemplar más su imágen que su calidad como actriz ; y hoy en día, ya hace más de una década, es admirada por su gran calidad humana, por su gran tesón y por su gran corazón.


lunes, 10 de octubre de 2011

NORMA SHEARER




Para pasear por la biografía de esta actriz, debemos retroceder unos cuantos años en el tiempo y situarnos en una época donde prácticamente la magia del cine empezaba a deslumbrar. 

Nacida a principios del siglo pasado, Norma contó con la posibilidad de disfrutar del séptimo arte cuando éste se encontraba en su máximo esplendor, quizás ésta fue la época en la que mayor glamour se derrochó en las películas : suntuosos decorados , estilismos realmente exquisitos que mostraban mujeres elegantes y distinguidas, e historias fascinantes de amores y desamores . Fue en estos primeros años cuando el cine se convirtió en un hermoso escaparate de lujo… de sueños que se ofrecían a un público hastiado de una realidad oscura y deprimente…
Comenzaban entonces los poderosos estudios de cine a gestar el sistema de estrellas, y mágicamente la fascinación se apoderó del público: nadie pudo resistirse a ese divismo que las convirtió ante su mirada en diosas terrenales …en sueños inalcanzables; en ese Olimpo del cine que sólo unas pocas tuvieron el placer de alcanzar, se encontraba Norma Shearer.



Norma nació en Montreal un 2 de Agosto de 1902, pero durante el periodo de la gran depresión económica, tuvo que emigrar a Nueva York junto a su familia , ciudad en la que desde bien pequeña se vió obligada a trabajar ejerciendo de modelo publicitaria, o de figurante en el cine para ayudar a su familia económicamente. Eran tiempos duros, pero la avispada madre de Norma ,consciente de la elegancia y el estilo innato con que contaba la joven , decidió que podría convertirse en una gran estrella de cine si se lo proponía, y comenzó junto a ella un ir y venir por los estudios de Hollywood, luciéndola orgullosa y esperando un resultado algo mas importante de los que hasta ese momento había obtenido.En uno de sus muchos paseos ,un joven e importante productor llamado Irving Thalberg se fijó en la belleza de la joven, a la que encontraba especialmente estilosa y elegante, y decidió convertirse en su pigmalión, para más tarde convertirse en su enamorado.

Así, y gracias a la poderosa influencia de su amado, comenzó realizando pequeños papeles en cine mudo, para unos años después pasar a formar parte de la MGM, donde vió cumplidos sus deseos de convertirse en una gran estrella; de hecho su figura, fue una de las más importantes de estos estudios en la década de los años 30, en los cuales siempre se paseó con una imágen sofisticada de mujer cosmopolita y gracias a la cual le concedieron el título de “Firts Lady”, debido a la gran distinción con que contaba la actriz, tan semejante a la de las damas inglesas.
Con el apoyo del joven e importante productor, ya convertido en su marido, consiguió interpretar papeles de toda índole, ya que éste procuró no encasillarla en ningún personaje para así poder demostrar su gran versatilidad; pero más tarde la actriz supo sacar partido de su elegancia innata y se perfeccionó en papeles de mujer moderna, liberada y sofisticada.
Como hemos señalado, su andadura por el cine comenzó en películas mudas, en concreto su debut se produjo en el año 1924 junto al fabuloso Lon Chaney en un drama-thriller muy elogiado en la época, llamado “He Who Gest Slapped”, y un par de películas después aparecería bajo la batuta del gran Lubitsch y junto a Ramón Novarro en “El príncipe estudiante” 1927, una película romántica en la cual se dejó seducir por el galán de la época.



Fue en el año 1929, cuando se estrenó en el cine sonoro con un musical llamado “The Hollywood Revue of 1929″, que incluso fue nominado a los Oscars como mejor película; siguió con un drama llamado “Their Own Desire”1929, y tan sólo un año después con el film “La Divorciada”, conseguiría un Oscar como mejor actriz, en un papel hecho a su medida, pues la actriz debido a su unión con el poderoso productor contaba con una libertad que le permitía escoger sus propios personajes, e incluso actores y directores con los que quería protagonizar la cinta en cuestión; así que su camino hacia el éxito fue imparable y todas y cada una de las películas que protagonizó en esta época, contaron con el beneplacito, tanto del público, que ya la consideraba una gran diva, como de la crítica; títulos como “Vidas intimas” 1931, “Un alma libre”1931, “La llama eterna” 1932, “Las Vírgenes de Wimpole Street” 1934 o una adaptación para el cine de “Romeo y Julieta” 1936, por cuya interpretación fue nominada a los Oscars.





Por estas fechas Norma se hallaba en su máxima plenitud como actriz, y en su vida personal experimentaba una tranquilidad y un amor que era fuertemente correspondido; pero la fatalidad estaba a punto de hacer mella en su vida, y su marido con tan sólo 37 años murió de una neumonia, por lo que su vida, tan apacible y plena, se volvió en una pesadilla de la noche a la mañana.
Antes de morir ,éste le procuró un contrato con la Metro envidiable, y en herencia dejó a la actriz, una situación económica realmente holgada, pero era tal la tristeza que sentía, que por su cabeza pasó abandonar el cine y retirarse para siempre, pero los estudios no querían perder una actriz cuya presencia en las películas era sinónimo de éxito, y prácticamente se vió obligada, por el contrato que la ligaba con la Metro, a seguir desarrollando su faceta artística.
Precisamente la primera película en la que participó la actriz tras la muerte de su esposo, fue una superproducción sobre la vida de la reina de Francia María Antonieta; la película destacó por sus grandiosos y exquisitos decorados, sus ostentosos y logrados vestuarios, y los cientos de extras que se contrataron para la ocasión. El público quedó maravillado ante tanta opulencia, y Norma demostró que se adaptaba con facilidad a cualquier tipo de registro,pues igual podía interpretar el papel de mujer frívola y liberal, que el de esposa y madre de familia que ante todo antepone sus obligaciones en la corte; esta interpretación le valió una nominación a los Oscars, y un reconocimiento mundial; entre los actores que compartieron protagonismo con la actriz, se encontraba un jovencísimo Tyrone Power.







Dando vida a esta mítica reina, Norma consiguió una categoría sólo propia de las grandes intérpretes, y la gente la encumbró en lo más alto, pero paradojicamente no fue la escogida cuando prefirieron a Vivien Leigh como Scarlata O’Hara en “Lo que el viento se llevó”.
Este hecho dejó profundamente confundida a la actriz, que aunque notaba el apoyo del público, comenzaba a desesperar al comprobar que surgían nuevas estrellas, mucho más jóvenes y atractivas, con las que practicamente no podía competir.
Así que en su siguiente película ” Idiot’s Delight“ 1939 se lució junto a Clark Gable, que por entonces se encontraba tras dar vida al personaje de Rhett Butler en su máximo esplendor, en lo que fue una deliciosa comedia musical, que de nuevo la situó, como sin duda se merecía ,entre las más grandes.



Este misma año protagonizaría “Mujeres” 1939 de George Cukor, que se convertiría con el paso del tiempo en una de sus interpretaciones más recordadas; el film protagonizado primordialmente por mujeres como Joan Crawford, Joan Fontaine, Paulette Goddard, Rosalind Russell o Lucille Watson, demostró el gran talento con el que contaba Cukor para retratar el mundo femenino, y nos ofreció imágenes inolvidables, con actrices únicas e irrepetibles; setenta años después de su rodaje la película no ha perdido la “chispa” y la frescura que tan famosa la hiciera en su momento; una película sumamente recomendable por su glamour y su fantástica puesta en escena.






Unos años después de esta interpretación Norma tomó la decisión de retirarse; eran muchos los frentes abiertos: nuevas estrellas, jóvenes y bellas con las que no podía competir, y nostalgia de unos tiempos pasados irrepetibles la llevaron a tomar esta decisión. Ella… la estrella que tanto había brillado en el firmamento de Hollywood, con tan sólo cuarenta años, se despedía voluntariamente del mundo que tantas satisfacciones le habia aportado.

Se casó con un instructor de esquí veinte años más jóven que ella, y junto a él compartió el resto de su vida; una vida ,según cuentan ,triste nostálgica y melancólica, que la abocó al alcohol y a una fuerte depresión de la que jamás pudo recuperarse. El glamour, el lujo de antaño se perdieron en el tiempo… pero siempre nos quedaran sus imágenes…. imágenes maravillosas de mujer fuerte, moderna y decidida que hizo soñar a millones de personas, en una época donde lo que más necesitaba la gente era precisamente eso: soñar.
Norma murió un 12 de Junio de 1983 en Los Angeles.






George Hurrell - Norma Shearer:

domingo, 2 de octubre de 2011

DONNA REED








El rostro de Donna Reed, nos traslada de inmediato a aquella maravillosa época del cine clásico, y como no, a la época más glamourosa de viejo Hollywood. Indagando un poco por su biografía, podemos encontrar una extensa carrera, interpretaciones estupendas en películas casi todas de primera línea y realmente importantes; verdaderamente, esta mujer que para muchos pasaría inadvertida ,y que poca gente asociaría con las estrellas inaccesibles que nos ofreció ese cine de antaño, resultó ser en el periodo de las dos décadas más prósperas de Hollywood , una actriz muy popular ,que incluso fue merecedora de un Oscar por su papel de prostituta en ” De aquí a la eternidad”; el problema es que el paso de los años, y un público ávido de idolos , han encumbrado sólo a unas pocas elegidas a la categoría de mitos, convirtiéndose estas a su vez, siempre involuntariamente, en monstruos que han ido devorando poco a poco a tantas y tantas actrices que también dejaron su huella en el mundo del cine, y aunque quizás resultó ser menos profunda, no por ello fue menos importante.




Donna nació un 27 de Enero del año 1921 en Iwoa; hija de unos humildes granjeros, este hecho no impidió que en su adolescencia destacara por encima de todas por su gran belleza. Este físico privilegiado le permitió ganar varios concursos de belleza, por lo que en poco tiempo su cara se hizo muy popular entre la gente.
Sus padres siempre preocupados por su educación ,decidieron hacer un esfuerzo económico, y después de acabar los estudios en el instituto la mandaron a estudiar a la Universidad de Los Angeles, donde de nuevo destacó por su imponente físico, siendole concedido el premio de “Reina del Campus”. Estos continuos halagos hacia su persona, hicieron que Donna se replanteara su trayectoria profesional, y decidió probar suerte en el mundo del cine; este hermético mundo la recibió con los brazos abiertos gracias de nuevo a su atrayente físico, e inmediatamente se le dió la oportunidad de debutar con la película “The Get-Away”(1941), que aunque pasó sin pena ni gloria por el mundo del celuloide, contribuyó a la desenvoltura de la actriz en este medio nuevo para ella.

Este mismo año, la industria ya colocó a la actriz, eso si con un papel secundario, en una magnífica película llamada “La sombra de los acusados”(1941), en la que compartió cartel con figuras como Mirna Loy , William Powell o Barry Nelson; con este papel la figura de Donna comenzó a destacar entre tantas otras actrices en ciernes.



Así que un año después le concedieron el placer de ser protagonista de “Mokey” (1942), un drama que obtuvo una muy buena acogida entre el público, y cuyo personaje proyectó una imágen de la actriz entrañable y cercana.
El año 1942 fue el más prolífico en la carrera cinematográfica de Donna pues trabajó en numerosos títulos , como “The Bougle Sounds” (1942), “Ojos en la noche” (1942), “Calling Dr. Gillespie” (1942) o “Apache Trail” (1942), pero realmente su verdadera oportunidad le llegó mediante la mano del director Albert Lewin, con la película “El retrato de Dorian Gray” (1945), que según muchos entendidos es una de las mejores adaptaciones cinematográficas que se hicieran del libro escrito por Oscar Wilde.



Este mismo año, y contando ya con un gran reconocimiento, por parte de la industria, John Ford contó con ella para que interpretara el papel de teniente enfermera en un drama bélico llamado “No eran imprescindibles”1945 , junto a actores como John Wayne o Robert Montgomery.

Un año después llegaría la película por la que siempre sería recordada, y que la consagró definitivamente en el cine, esta fue :”¡ Qué bello es vivir!” 1946 ; parece ser que en un primer momento el personaje interpretado por Donna, fue ofrecido a varias actrices, como Olivia de Havilland, Gingers Rogers o Jean Arthur, pero éstas recharazaron el papel,que finalmente fue adjudicado a Donna, eso sí,sin el pleno convenciminento de Capra, el cual al comprobar la fabulosa interpretación de la actriz, tuvo que retractase de su desconfianza y reconocer que ninguna podía haberlo hecho mejor; James Stewart ,o secundarios como Gloria Grahame, Henry Travers o Lionel Barrymore fueron algunos de los actores que acompañaron a Donna en esta estupenda película, que en su día tuvo una acogida maravillosa, tanto por parte de la crítica como del público, y que en la actualidad, tantos años despues de su estreno, aparte de estar considerada como una obra maestra del cine, sigue agradando por igual a los espectadores, que la acogen con el mismo entusiasmo con que lo hicieron los que tuvieron la posibilidad de visionarla tanto años antes.







La elección de su siguiente película no fue acertada, y con “El delfín verde” 1947, naufragaron tanto ella, como su compañera en la película Lana Turner.
En realidad los años cuarenta , a pesar del reconocimiento que tuvo en “Qué bello es vivir”, llegaron a su fin prácticamente sin un éxito digno de mención, y no fue hasta que llegó el año 1952, cuando de nuevo obtuvo notoriedad con un thriller dirigído por Phil Carson llamado “Trágica información”.
Este mismo año se atrevió con el western “Los forasteros“ 1952, que pasó casi inadvertido por el mundo del cine.
Trás varios fracasos ,llegaría la gloria de la mano de Fred Finnemman con “De aquí a la eternidad” 1953, película que le aportaría un Oscar, por su magnífica interpretación en el papel de prostituta; en este gran clásico del cine, compartió cartel con actores de renombre como Burt Lancaster, Deborah Keer, Montgomery Cliftt o Frank Sinatra que también fue galardonado por la Academia con un Oscar como mejor actor secundario.






Este premio de la Academia le procuró una categoría como actriz muy considerable dentro del mundo de cine ,por lo que a partir de este momento sus proyectos subieron de nivel ,y apareció en películas como “Un conflicto en cada esquina” 1953, dirigída por Michael Curtiz y junto al inolvidable John Wayne, “Fiebre de venganza”1953 en compañia del inolvidable Rock Hudson, o “La última vez que vi París” 1954, en la cual compartió créditos con la gran Liz Taylor.






En el año 1955, cayó en la tentación de teñirse la tez morena , para el personaje de india que interpretó junto a Charlton Heston y Fred MacMurray en “Horizontes azules” 1955, y le pasó como a tantas otras que pasaron por la misma experiencia: tanto maquillaje no le benefició en absoluto.

Sin embargo una año después aunque apareció de nuevo en un western llamado “El sexto fugitivo” 1956, volvió a deslumbrar con su belleza natural, al lado de Richard Widmark.Este mismo año protagonizó una buena película de intriga cuyo título fue “Rapto”, en la que compartió cartel con un maduro Glen Ford; por cierto Mel Gibson realizó un remake cuarenta años después que se llamó “Rescate”.
A finales de los años cincuenta, Donna dió un giro radical a su carrera y se decantó por la televisión, donde consiguió un gran éxito con una serie llamada “The Donna Reed Show” , en la que interpretó el papel de madre ,ama de casa típica de clase media norteamericana, que le valío cuatro nominaciones a los Emmy.



Su carrera ya se vió definitivamente vinculada a la televisión, y en el año 1978 fue contratatada para la serie “Dallas”, donde efectuó un papel de sustitución, interpretado hasta ese momento por la actriz Bárbara Bel Geddes, el cual sólo le proporcionó inumerables problemas, pues la actriz se sintió maltratada por sus compañeros, llegando a pronunciarse el marido de la actriz de la siguiente manera:”Desde el momento que pisó el set sintió la animadversión que todos sentían hacia ella, comenzando por el malvado Jr, que según Donna era igual de tirano en la vida real, como con la actriz que interpretaba el papel de Sue Ellen, que llegó a insultarla de manera grosera”. Cuando Bárbara volvió a la serie después de someterse a una operación grave, Donna fue despedida sin ninguna explicación, y demandó a la productora por la cantidad de 7’5 millones de dólares, de los cuales finalmente recibió un millón como indemnización por despido improcedente. Al ser entrevistada la actriz por este lamentable episodio, respndió así: ” El dinero con que he sido recompensada, nunca me quitará el dolor que siento en el alma… jamás podrán pagarme por el daño que han causado a mi carrera y a mi orgullo.”
Intentando olvidar lo acaecido, y con la finalidad de poder superar la tristeza que la embargaba, Donna volvió a la televisión con dos películas, siendo la última de ellas un thriller llamado “Un asesino en las aulas”1983.

Sin duda el lamentable episodio producido en la serie citada ,hizo mella en la vida y la carrera de esta estupenda actriz, y según sus allegados fue el que precipitó su muerte, ya que a raiz de este deleznable suceso cayó en una grave depresión que no pudo superar de ninguna manera, y comenzaron a manifestarse dolores casi insufribles en su estómago ,que desembocaron en un cancer de páncreas. Murió a los 64 años un 14 de Enero de 1986. Un triste final para una entrañable y maravillosa actriz.


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