miércoles, 19 de junio de 2013

"MUJERES" DE CUKOR




Sin duda puedo decir que "Mujeres", ocupa un lugar privilegiado entre mis películas favoritas.

Ya sabéis que los gustos son muy particulares, que las modas cambian, que siempre surgen nuevos talentos, nuevas obras que pueden desbancar a aquella que siempre consideraste como "mi favorita". Pero en el caso de "Mujeres", aún no he encontrado ninguna de este tipo de género, que pueda desmerecerla ante mis ojos.

Tal y como su nombre indica, la película está compuesta solamente por mujeres, ni un sólo varón aparece en ella, aunque son mencionados con asiduidad.

El reparto de actrices es maravilloso. Nombres como el de Norma Shearer, Joan Crawford, Roallind Rusell, Joan Fontaine o Paulette Godard entre otras, no hacen sino engrandecer el film.






Cukor creó a partir de la obra de teatro de Claree Bothe, un guión espléndido e ingenioso, que no pasó inadvertido en su momento, y que hoy en día, setenta años después del estreno de la película, sigue enganchando a pesar de los años transcurridos.


Fue rodada a finales de los años treinta, quiero decir con esto que desde entonces ha llovido mucho, pero "Mujeres" resulta ser en la actualidad una obra atractiva, brillante, y en la que destacan especialmente los diálogos de vértigo que te dejan un estupendo sabor de boca. Se nota el paso de los años en los atuendos, en los peinados, tal vez en los roles de las mujeres, mayoritariamente amas de casa de la alta sociedad neoyorkina que no saben a que dedicar su tiempo, y se pasan la vida chismorreando, criticando, hurgando en  las vidas ajenas, mientras se acicalan con esmero en caros salones de moda y centros de estética.

Aunque lo cierto es que hay quién puede llegar a pensar,  que tampoco es tan  abismal la diferencia entre las banalidades de las mujeres de Cukor, y la sociedad actual en la que la apariencia, el culto al cuerpo, los celos profesionales o las envidias ante las vidas ajenas,  que suponemos más interesantes y esplendorosas, están a la orden del día.

También hay muchos que entienden, que la película está en su concepto algo desfasada, y que los estereotipos de hombre y mujer son demasiado evidentes, aunque para nuestra desgracia, y setenta años después de que se rodara "Mujeres", aún quedan elementos de esta índole por la faz de la tierra, aunque hay que reconocer que por lo menos las féminas de Cukor resultan graciosas y simpáticas con sus delirios de grandeza, y sus mordaces comentarios.

Este es el caso de la viperina y maliciosa Sylvia Fowler, personaje interpretado magistralmente por Rosalind Rusell, que se dedica a propagar chismes a diestro y siniestro,  aunque en éstos esté implicada su mejor amiga..... !y es que el aburrimiento es tan malo! 





Pero no piensen que Cukor asigna estos roles a la mujer para denostarla, porque no se trata de mostrar a la mujer como una víbora rencorosa, sino de plasmar las vivencias de varias amigas que se conocen desde hace años, pero con personalidades tan dispares entre si como la noche y el día.


También nos muestra personajes maravillosos, como por ejemplo el interpretado por Norma Shearer, Mary Haines, mujer paciente, tranquila, sensata, y además de perfil totalmente contemporáneo, que ve como su matrimonio se derrumba a causa de la infidelidad de su marido con una dependienta llamada Crystal Allen , personaje encarnado por Joan Crawford.






Aunque no aparezca un sólo hombre en la película, lo cierto es que tampoco salen muy bien parados, porque la finalidad de Cukor no es la de  mostrar una guerra de sexos en la que unas u otros resulten victoriosos: ambos son tratados con la misma equidad.

La película cuenta con un derroche de glamour fascinante : ese desfile de moda que inunda la pantalla de colorido, cuando en realidad todo el film se desarrolla en blanco y negro, es sublime.





Y Norma Shearer antaño la reina de Hollywood durante varios años, y que fue rescatada del olvido por Cukor, con gran acierto, aparece grandiosa en el que sería uno de sus últimos trabajos en el cine.

Paulette Godard y Joan Fontaine como secundarias maravillosas y bellísimas, aportando frescura y naturalidad al film.





Y la Crawford que al ser motivo de las penas de Shearer, podría parecer la mala de la película, cuando en realidad la que se lleva la palma es Rosalind Russell con sus dimes y diretes.




Pero toda la magia de la película se la debemos otorgar a ese genio que fue Cukor....porque fue uno de los directores que mejor captó la esencia del alma femenina, y que nos dejó títulos inolvidables, siempre de la mano de actrices maravillosas como Ingrid Bergman en "Luz que agoniza", Katherine Hepburn en "Historias de Filadelfia", Greta Garbo en "Camille", una delicada Audrey Hepburn en "My fair Lady" o una esplendorosa Ava Gardner en "Cruce de Destinos".







Hace unos años, concretamente en el año 2008, se rodó un remake de esta película y el resultado fue más que patético. Incomprensible me pareció que alguien se atreviera a llevar a cabo este proyecto...es como si alguien se permitiera el lujo de llevar a la pantallas de nuevo a la mítica "Casablanca": una verdadera aberración.






viernes, 14 de junio de 2013

MARÍA FELIX, "LA DOÑA"


María encarnó a la Diva mexicana por excelencia.Su aparición en el cine mexicano fue deslumbrante. Se le asignaron motes como "La Doña", "María Bonita", o "La Mexicana", ya que su popularidad fue inmensa. El público la adoraba, y la convirtió en una leyenda viva.
Mujer bellísima, de rasgos faciales contundentes, sensuales, y una mirada misteriosa de ojos negros, que llegó a levantar pasiones con tan sólo un parpadeo.
Abrumadora, temperamental, inquietante, apasionada…así era María Felix. Impuso con su magnética personalidad un estilo propio en el cine, también creó tendencia vistiendo, pues eran muchas las mujeres que copiaban sus atuendos. Incluso hoy en día, aparecen modelos en portadas de revistas , imitando la imagen de tan reconocida actriz. La famosa firma de joyas Cartier diseñó una colección inspirándose en la actriz y rendir tributo al mito. La colección tuvo tanto éxito, que Cartier decidió dejarla fija en sus tiendas y catálogos.



Trabajó en numerosas películas, y con papeles muy diferentes, pero en todos quedó impreso su sello personal, demostrando así sus grandes recursos interpretativos.En todas sus actuaciones, se mostró como una mujer poderosa, voluntariosa, decidida y enérgica, comportándose con los hombres, como ellos lo habían hecho durante años con las mujeres. En la vida real María tenía la misma determinación que en la vida ficticia. Por eso muchos dijeron que en las películas, María no interpretaba a un personaje... María se interpretaba a si misma.

María nació un 8 de Abril de 1914, en Alamos, Sonora (México). Sus progenitores, el padre de ascendencia india, y la madre de ascendencia española, siendo ella niña, procuraron proporcionarle una buena educación, y por este motivo la matricularon en un convento de California, donde María lejos de sentirse recluida, aprendió incluso a montar a caballo, convirtiéndose en una fabulosa jinete y donde aprendió a amar de por vida a estos preciosos animales.
Al ir haciéndose mujer, su belleza se fue manifestando cada vez más, siendo objeto de numerosos elogios, que la llevaron incluso a ser nombrada “reina de la belleza estudiantil”.


Con el anhelo de desprenderse del dominio paterno, María se casó a la temprana edad de 16 años,con un vendedor de cosméticos llamado Enrique Alvarez. De esta unión nació un hijo al que llamaron Quique, por el que años después María pelearía con su propia vida, ya que al divorciarse el matrimonio, el padre raptó al niño llevándolo con él a Guadalajara, y privándole el derecho a su madre de disfrutar de él.
María recuperaría a su hijo años después, pero antes de que esto sucediera, en su vida comenzaron a cambiar muchas cosas.
En el año 1940, cuando paseaba por las calles del centro de la ciudad de México, se le acercó el Ingeniero Fernando Palacios, para ofrecerle la posibilidad de realizar unas pruebas cinematográficas. La reacción de María fue enérgica, contestándole que las realizaría cuando y donde ella quisiera, y no cuando lo propusiera él, que a fin de cuentas no sabía ni quién era. Con esta anécdota ya quedó patente su fuerte carácter.
Pero también era una mujer muy inteligente, y aunque las dudas respecto a este ofrecimiento eran considerables, finalmente decidió aceptar, pues nada tenía que perder, y tal vez mucho que ganar.
Así, su debut cinematográfico, se produjo en el año 1943, con “El Peñon de las Ánimas”. La película la dirigió Miguel Zacarias, y María tuvo como compañero al famosísimo Jorge Negrete. La unión de ambos talentos, impresionó al público, que inmediatamente convirtió a María en una actriz muy popular.


Films como “María Eugenia”(1943), o “Doña Bárbara” (1943), contribuyeron a que su fama creciera a pasos agigantados, otorgándole la crítica el apelativo de gran señora del cine azteca.


El papel que interpretó en “Doña Bárbara”, para muchos críticos, fue el que conformó su mitología; a raíz de esta película muchos asociaron el carácter del personaje, con el de la propia María: de esta estupenda interpretación salió el mote de “La Doña”, sobrenombre que implicaba fortaleza y decisión.
En “La mujer sin alma” (1943), se convirtió en el arquetipo de mujer devoradora, fría y sin sentimientos, vamos....lo que en las películas norteamericanas se denominaba vampiresa o mujer fatal.
Este personaje fue el que acabó de reafirmar su gran éxito entre el público, y continuó con títulos como ” La devoradora” (1946), “La diosa arrodillada”(1947) o “Doña Diabla”(1948).


Pero sin duda fue el director de cine Emilio Fernández, con el cual protagonizó una trilogía, el que hizo que la gente la recordara eternamente con títulos como “Enamorada” (1946), “Río escondido”(1947) y Maclovia (1948).


Por esta época su fama ya había traspasado fronteras, y aunque cruzó el charco para intervenir en alguna producción europea, se negó rotundamente a trabajar en Hollywood; decía que allí sólo le ofrecían papeles de india: “Las indias las hago en mi país, fuera sólo encarno a reinas”. Genio y figura...
Con el productor Cesáreo Gonzalez mantuvo una estrecha amistad; gracias a él protagonizó algunos papeles fuera de su país ,como “Mare Nostrum”(1948) junto al magnífico Fernando Rey, o en una producción española llamada “La noche del sábado”, dirigída por Rafael Gil, y basada en una obra de Jacinto Benavente.



En otra producción llamada “Camelia”(1953), se la emparejó con Jorge Mistral, que en aquellos momentos era ya un galán muy conocido.
Un año más tarde encarnó al personaje de “La bella Otero” (1954). Lució toda su belleza , bailó extraordinariamente, y demostró el gran poder de seducción con el que contaba: tal vez el mismo, o incluso más, que con el que contó en su día la famosa cortesana.


En el año 1956 apareció de nuevo seductora en una producción llamada “Faustina”, siendo dirigída por el director español José Luis Sáenz Heredia, y donde compartió cartel con figuras de gran prestigio como Fernando Fernán Gómez, Tony Leblanc o José Isbert.
Tres años después, Ismael Rodriguez reunió en “La cucaracha”, a dos leyendas vivas: María Félix y Dolores del Rio.


En los años 60, sus trabajos se van espaciando, y aunque apareció en varias producciones, las más destacadas fueron “Juana Gallo” (1961), o “Amor y sexo”(1963), donde realizó un desnudo parcial.


Con la película “La Generala” (1970), María se despidió del cine, apareciendo dos años después en una telenovela mexicana llamada “La Constitución”, que sería su último trabajo como actriz.


Cuentan que María decidió retirarse para no perjudicar su imagen, pues con el paso de los años, su belleza se había marchitado, pero lo cierto es que fue una mujer que siempre dio la cara, que nunca se escondió, y se mostró ante la gente en numerosos eventos, tal y como siempre lo había hecho: desafiante y poderosa.
También pudo dedicar su tiempo a los caballos, a los que criaba y entrenaba, llegando a convertirlos en ganadores de varios premios Hípicos de gran reconocimiento.
Su vida personal fue bastante agitada. Después de separarse de su primer marido, y siendo ya una actriz muy conocida, se casó con el compositor Agustin Lara, que aparte de homenajearla con la canción “María Bonita”(la escribió inspirado por el gran amor que sentía hacia ella), la ayudó a recuperar al hijo que tantas veces había sido motivo de preocupación de María.Terminó separandose de él, debido a los celos enfermizos que el compositor sufría, ya que María por motivos de trabajo se tenía que trasladar de un sitio a otro constantemente, y Agustín no podía soportar este hecho.


Trás esta separación contrajo de nuevo matrimonio con Jorge Negrete. Se casaron en 1952, siendo una boda muy admirada por el pueblo mexicano, ya que se unian dos figuras muy populares. Pero la felicidad les duró tan sólo un año, pues él falleció de hepatitis en el año 1953.



Tiempo después, en el año 1956, conoció a un empresario llamado Alex Berger, con quien estuvo unida hasta su muerte, que se produjo 18 años después de haberse casado. Sin duda, si la muerte no los hubiera separado, aún seguirían juntos, pues con él María vivió los años más felices de su vida.
Al quedar viuda, fueron muchos los hombres que la cortejaron, pero a ella todos le parecían mediocres comparados con el hombre que tan feliz la había hecho.
Ya en el año 1981,conoció a Antoine Tzapoff, el cual se convertiría en su último marido ,y con el que compartió el resto de su vida.


La vida de María se vio tragicamente afectada, cuando su querido hijo, al que tanto ella había amado, murió de un ataque al corazón el el año 1996. Con él perdió al verdadero amor de su vida, al gran amigo y a su confidente. Después de un tiempo de su fallecimiento María le rindió tributo con un libro llamado “Una raya en el agua”.
Un 8 de Abril del año 2002, María nos privó definitivamente de su presencia física. Murió en su querida Ciudad de México, dejando un enorme vacio en el mundo del cine.
Fue la máxima diva de habla hispana, y el mayor mito que jamás tuvo el cine mexicano.Sedujo al mundo entero con su belleza, con su talento, y como no con su personalidad arrolladora. Cayeron rendidos a sus pies pintores , poetas, intelectuales...



Pero ella era siempre la que elegía... y como dijo una vez: “Soy una mujer con corazón de hombre”;
Definitivamente fue la más amada, quizá también la más odiada, la más deseada… por eso “La Doña”, conquistó al mundo.


KATHARINE HEPBURN





"La mejor actriz de todos los tiempos", " Calidad profesional y calidad humana" : estas fueron tan sólo algunas de las calificaciones vertidas hacia Katharine, de gente que la conoció en algún momento de su vida.

Su influencia en el cine fue enorme . Sus actuaciones, tanto en cine como en teatro, siempre fueron creíbles, no creo recordar que nunca se las cuestionara, y la perfección a la hora de darle vida a un personaje, fue inmensa

Debido a la gran seguridad que transmitía en todos sus personajes, siempre le asignaron papeles de mujer dominadora del género masculino. Su carácter liberal e independiente, fue el espejo en que se miraron muchas mujeres de la época , y lo cierto es que Katharine, fue una de las primera mujeres feministas de la historia del cine.





Nació en Connecticut en el año 1907 en el seno de una familia de alta alcurnia.
Su padre era un respetado cirujano, y su madre una moderna y liberal mujer muy inteligente, que fue su modelo a seguir durante toda su vida
.
Esta familia burguesa y muy unida, vio truncada su estabilidad cuando su hermano Tom se suicidó colgándose de una viga del desván. Ya nada volvió a ser lo que era, y enviaron a Katharine a pasar una temporada a una casa que tenían en Fenwich
.
Al volver, ya con 14 años , parecía haber madurado, y comenzó a dar muestras de su fuerte y legendario carácter.
Ingresó en un elitista colegio de Filadelfia, donde se matriculó en la escuela de teatro de dicho colegio ,haciéndose miembro permanente del grupo.

Viajó a Baltimore y tras mucho insistir, se hizo con un pequeño papel en una obra de teatro llamada "La Zarina". Posteriormente tuvo mucho éxito con una fábula griega llamada "The Warrior's husband".
Fue en esta misma época, cuando el cine llamó a su puerta y bajo el mando de RKO protagonizó "Doble sacrificio"(1932), junto a John Barrymore siendo dirigida por George Cukor, que por cierto la dirigiría en numerosas películas, convirtiéndola en su musa artística, ya que el genial director sentía una especial predilección por las actrices.





En 1933 gana su primer Oscar con la película "Gloria en un día"(1933), en la que da vida a una mujer de provincias que va a buscar prosperidad a la gran ciudad

Un año después, protagoniza la película "Mujercitas" por la que se le concede el premio a la mejor actriz en el festival de cine de Venecia.





Sus siguientes películas fueron"Sangre gitana"(1934) ,y la "Fiera de mi niña"(1938),una gran comedia sofisticada, que interpretó junto a gran Cary Grant, y que se ha convertido con los años en todo una clásico del cine.



Después de interpretar todas estas excelentes películas , volvió de nuevo al teatro , concretamente a Broadway, donde escenificó "Historias de Filadelfia", que luego fue adaptada al cine junto a Cary Grant y James Stewart 

Esta fantástica cinta rodada en el año 1940 y protagonizada por las tres leyendas más grandes del cine americano, se ha convertido en una comedia imprescindible para los que amamos el cine clásico. Interpretaciones sublimes, llenas de encanto e inteligentes conforman una verdadera obra maestra.



A partir de 1942 protagoniza junto a Spencer Tracy, que fue su pareja hasta la muerte del actor, nueve películas todas ellas de gran éxito como :"Sin amor"(1945),"Mar de Hierba"(1947), o la inolvidable comedia "La costilla de Adán"(1949), en la que se trató irónica pero certeramente ,las diferencias morales que se tenían al juzgar a una persona dependiendo de si era hombre o mujer.





Otro gran clásico que rodó en el año 1951, fue "La reina de Africa", junto a Humphey Bogart y bajo las ordenes de John Huston. Durante los años 50 compaginó el cine con numerosas obras de teatro entre las que se encontraban "El mercader de Venecia" o "La millonaria", en todas ellas obteniendo un gran éxito.




En 1959 protagonizó la película más iconoclasta de su carrera que fue :"De repente el último verano". Junto a Elizabeth Taylor y Montgomery Clift como co-protagonistas, y bajo la dirección del gran Mankievicz, Katharine consiguió que la crítica se rindiera a sus pies.







A partir de este momento se especializa en adaptaciones cinematográficas de obras teatrales como "Larga jornada hacia la noche" (1962),donde Katharine estuvo espléndida interpretando el papel de una madre adicta a la morfina, dándole al personaje unos cambios de registro difíciles de olvidar. Por esta interpretación logró el premio como mejor actriz en el Festival de Cannes .

"Adivina quién viene esta noche"(1967) , fue su último film junto a Spencer Tracy , ya que éste murió al poco de acabar la película, y por el que le fue concedido su segundo Oscar.
En 1968 ganó su tercer Oscar con "El león de invierno" ,y en 1969 interpretó en teatro la vida de Coco Chanel ,por la que fue muy aclamada.
A partir de los 70 aparte de sus adaptaciones teatrales a la gran pantalla, realiza para la televisión un trabajo junto a Laurence Olivier "Amor entre ruinas" que le lleva a conseguir un premio Emmy.

En 1981 interviene en una magistral y conmovedora producción llamada "El estanque dorado", junto a Henry Fonda y su hija Jane Fonda ,que la hace merecedora de su cuarto Oscar.





Katharine trabajó casi hasta el final de sus días.... con fortaleza... enseñándonos sin pudor el paso del tiempo que aún la había hecho más sabia, más bella, más libre...
Era puro arte, arte que supo trasmitir en cada una de sus interpretaciones, y arte para que todos los compañeros de profesión que pasaron por su vida solo tuvieran palabras de elogio y admiración hacia ella.

Se marchó un 29 de Junio del año 2003, dejándonos huerfános de su presencia, pero regalándonos su maravilloso recuerdo , que permanecerá siempre vivo en las maravillosas películas que interpretó. Frank Capra dijo de ella: "Hay mujeres, y luego esta Kate." Con éso está todo dicho.


miércoles, 5 de junio de 2013

JOAN COLLINS

Joan Collins - that hair, those eyelashes, the stare - zip it shrimpy.:



Dueña de una exuberante belleza morena, Joan fue descubierta gracias a la portada de una revista en su Inglaterra natal. Aunque el recuerdo más reciente que tenemos de ella es el de la malvada Alexis Carrington, en realidad esta bella mujer protagonizó varias decenas de películas, en las que compartió cartel con figuras muy importantes.







Nació en Londres el 23 de mayo de 1933. Se crió en una familia de artistas, pues su madre era profesora de baile y su padre un importante representante de estrellas en ciernes, por lo que con semejante entorno no fue de extrañar que prontamente comenzará estudios interpretativos en la Royal Academy of Dramatic Arts.
Debutó en el cine con la película “Lady Godiva Rides Again”(1951), y al poco de su debut ya se la conocía con el apelativo de: " La Pantera"
A este primer film, le siguió en el año 1952 “I Believe in You”, y al año siguiente rodó dos títulos pensados como respuesta inglesa, hacia las despampanantes actrices italianas, a las que por cierto Collins no tenía nada que envidiar, y que llevaron por título” Cosh Boy” y ” Mujeres en la calle”.




En el año 1954 rueda junto a la estupenda Gloria Grahame “The Good Die Young”, ésta sería la última que protagonizaría en Inglaterra, ya que a partir de entonces y al ser contratada por la Warner, fijó su residencia en Hollywood.




Su primera película en Hollywood fue “Tierra de faraones”(1955). Pese a que se pusieron muy buenas intenciones, se hicieron despliegues grandiosos de producción con exteriores en Egipto, y contó con una maravillosa ambientación, el film fue uno de los mayores fracasos de la Warner. Aún así, la interpretación de Joan fue fantástica y visualmente esplendorosa.





Su siguiente película “La muchacha de trapecio rojo”(1955), fue un melodrama basado en un hecho real en el que Joan interpretaba el personaje de una bella corista. Joan estuvo espléndida mostrando su lado más sensual, e inaugurando el título de "mujer de rojo", mucho antes de que lo hiciese Kelly Lebrock.




“El favorito de la reina”(1955), la llevó a trabajar junto a la gran Bette Davis. Su personaje, mucho más recatado que los anteriores, era el de dama de honor de Isabel I de Inglaterra. El rodaje no estuvo exento de anécdotas; parece ser que Bette odiaba a Joan por su juventud y su belleza, y no le puso nada fácil el trabajo. Eso sí, años después Bette aclaró el malentendido y le dedicó unas palabras: "Era una chica muy bella. Cuando trabajó conmigo en ésta película, yo ya tenía 48 años, y ella era una ingenua. Yo pensé que, debido a su belleza, siempre se la encasillaría en papeles insulsos, y que su fama pasaría rápidamente. Pero… !Caramba!, cual no fue mi sorpresa al verla regresar 25 años después, como Alexis en Dinastia, de nuevo como sex-symbol, y todavía mucho más importante"




En el año 1956 protagoniza una comedia musical llamada “The Opposite Sex”, en un papel que años antes había protagonizado Joan Crawford. La crítica no le recibió con mucho entusiasmo, pues parece ser que ésta nueva adaptación distaba mucho de la original en cuanto a calidad.





Durante su estancia en la Fox, y mismo tiempo que se estrenaban sus películas, el estudio le inventó una gran campaña de promoción personal, en la que se potenciaba una imagen de Joan como de sex-symbol juvenil.
Durante ésta época fue objeto de innumerables sesiones de fotografías en bañador, en vaqueros, en idílicas playas o en preciosas piscinas desbordantes de espuma.
Estas imágenes en realidad, no se correspondían con la verdadera personalidad de Joan, que manifestaba sus quejas sobre dichos estilismos.Pero así era el Hollywood de aquellos tiempos, y no le quedó más remedio que aceptarlo.





El año 1957, estrenó una buena película de espionaje llamada “Stopover Tokyo”, que interpretó junto a un jovencísimo Robert Wagner. Esta vez no tuvo posibilidad de demostrar su talento interpretativo, ya que el personaje tampoco lo requería, pero por lo menos nos deleitó con unos preciosos looks orientales, en los que lucía muy favorecida.




El año 1957 fue muy prolífico en su carrera, pues aparte de la película antes mencionada, protagonizó otros tres films de los que cabe destacar una adaptación de una novela de Steinbeck llamada “The Wayward Bus”, y en la que compartió cartel con la exuberante Jayne Mansfield: dos sex-symbols de tal calibre en una misma película, tenían que atraer necesariamente la atención del público.
Sin embargo más tarde rodaría junto a Richard Burton "La esposa del mar", y resultó ser un fracaso de crítica y público.
La tercera película que rodó este año se llamó "La isla del sol", y fue anunciada como uno de los melodramas más provocativos del año, en ella Joan interpretó el papel de una bella mestiza, en un excelente film de conflictos interraciales, que fue muy bien recibido en América.




En el año 1958 se le presentó la posibilidad de cambiar de registro con un western llamado “El vengador sin piedad”, junto al magnífico Gregory Peck, y el mismo año protagonizó “Un marido en apuros”, donde compartió escenario con el matrimonio formado por Paul Newman y Joanne Woodward, en una comedia encantadora y alocada, donde nos mostró su físico, quizás con demasiada generosidad para la época.




Ya en 1960, se la requiere de nuevo para interpretar un papel bíblico en un film que llevaría por título “Esther y el Rey”. Parece ser que también se pensó en ella como la actriz que interpretaría a Cleopatra, debido precisamente por lo atractiva que resultaba vestida con ropajes clásicos, pero al final fue Liz Taylor quien obtuvo el papel. Joan hubiera sido una Cleopatra magnífica, que además hubiera ahorrado algún que otro disgusto a la productora.
Su último film con la Fox fue “Seven Thieves“(1960), en las que se hicieron muy famosas unas fotos de Joan ensayando un strip-tease, bajo el asesoramiento de una experta.




En 1962 protagonizó “Dos frescos en órbita”, una comedia divertidísima, séptima entrega del tándem Crosby-Hope, donde Joan interpretó el papel de una bella espía.
Con esta película, ya se podía visualizar que su carrera en Hollywood había terminado. El star -system ya estaba agotado como tal, y los todopoderosos estudios veían horrorizados como su época dorada llegaba a su fin.

Para una mujer como Joan, que tampoco había tenido un éxito digno de mencionar en ninguno de sus films, el panorama se le presentaba oscuro.
Regresó a Europa, donde le ofrecieron algún que otro papel en cintas bastantes mediocres, que tuvieron escasa repercusión en el mundo del cine . Pero los años 80, le dieron una segunda oportunidad y regresó más bella y triunfante que nunca como Alexis Carrington.
Este personaje constituyó la verdadera fortuna de Joan Collins, ya que se convirtió en la actriz mejor pagada de toda la historia de la televisión. El público la adoraba, y fue considerada la mujer más famosa de América, durante varios años consecutivos. Ella supo aprovechar este increíble éxito, convirtiéndose en una empresaria muy poderosa y reconocida, creando incluso su propia marca de perfumes.
Hoy en día Joan Collins, es sinónimo de glamour, para muchas personas que tuvimos el placer de verla interpretar un personaje tan malévolo como el de Alexis.



Su vida sentimental fue bastante agitada, llegándose a casar varias veces.La primera en 1952 con el actor Maxwell Reed, con el compartió algunas películas que pasaron sin pena ni gloria por el cine, y del que se separó cinco años después.
A partir del divorcio, Joan comenzó a aparecer en la prensa más como devora hombres, que por sus éxitos artísticos, pues se la relacionaba con numerosos hombres conocidos.
Compartió una etapa de su vida con Warren Beatty, del cual se quedó embarazada, abortando después por decisión del propio Warren ,que la convenció argumentando los problemas que les acarrearía la futura criatura, a sus respectivas carreras. Cuentan que para resarcirla de tan doloroso hecho, le regaló un anillo de oro y diamantes.
Su segunda boda llegó en el año 1963, con el actor y cantante Anthony Newley, con el que tuvo dos hijos llamados Tara y Alexander.Aunque Joan contó que su etapa junto a Anthony, fue una de las más felices de su vida, se separó de él volviéndose a casar en el año 1972 con un productor y hombre de negocios con el que tuvo a su tercera y última hija.
En 1985 se volvió a casar con un cantante sueco, con el que tan sólo compartió 13 meses de convivencia, y no escarmentada con ninguno de sus fracasos matrimoniales, se volvió a casar finalmente en el año 2002, con un productor teatral, 34 años más joven que ella.
Como anécdota contar, que ésta bella y carismática mujer apareció desnuda en la revista Play- Boy cuando contaba con la edad de 50 años, demostrando al mundo entero que a esa edad también se podía ser aún muy bella.








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