sábado, 22 de febrero de 2014

JAYNE MANSFIELD

Ni tan siquiera cabe preguntarse con qué atributos contó Jayne para hacerse tan popular, pues los cierto es que era bastante obvio. Tal vez sus interpretaciones no fueran las de una maravillosa actriz , pero la fama la obtuvo fácilmente, ya el público la acogió gratamente, y con el paso de los años la inmortalizó, convirtiéndola en un recuerdo simpático y maravilloso.
Tenía una filosofía de la vida muy particular. Era dueña de un agudo y divertido sentido del humor, particularidad ésta, que le otorgaba la capacidad de disfrutar la vida minuto a minuto.
La opulencia de su físico, lo que se conoce popularmente como una mujer con curvas, hizo que la Fox pretendiera lanzarla como sustituta de Marilyn, que por aquellas fechas les daba más problemas con sus reivindicaciones profesionales, que alegrías con sus películas, pero Jayne en realidad, poco tenía que ver con la citada artista.
Mucho más voluminosa, tal vez hubiera sido mejor sustituta por ejemplo de Mae West a la que le unía el mismo tipo de vida, las mismas extravagancias, y el mismo peculiar sentido del humor. Pintó y decoró toda su mansión de color rosa, y su por entonces marido el musculoso Mickey Hargytay, mandó escribir en el fondo de la piscina la frase I love Jayne. Estos ejemplos ponen de manifiesto la importante contribución que realizó Jayne al periodo Kitsch de la época. Sus puestas en escena, solían ser inolvidables, bien por sus atuendos, que dejaban poco a la imaginación, o bien por sus explosivas declaraciones, como por ejemplo cuando afirmó que su marido le había llenado la piscina con champagne rosado.




Vera Jayne Palmer, nació en Pennsylvania el 19 de Abril de 1933. Su padre fue un adinerado abogado, y tras la muerte de éste, su madre ya casada en segundas nupcias, se trasladó junto con la pequeña Jayne a la ciudad de Dallas.
Comenzó su andadura por los escenarios, cuando aún estaba en la Universidad, donde participó en algunas obras de teatro.
Contrajo matrimonio con tan sólo 17 años, con un compañero de Universidad llamado Paul Mansfield, del que conservó su apellido cuando se convirtió en una estrella y con el que tuvo a su primera hija.
Por aquellas fechas aún no era la rubia explosiva que más tarde el público conocería, sino una morena, atractiva pero de lo más discreta, discreta en la medida que su anatomía exuberante se lo permitía claro está.


Parece ser que sus inicios en el cine se produjeron en la película”La sirena de las aguas verdes”(1955), pero no como participante de la película, sino como acomodadora del cine en que se estrenó la película.Tan generosa anatomía, no paso desapercibida para la prensa que allí se encontraba cubriendo la noticia del estreno, y su albúm personal fue a parar a los estudios de la Warner.
Comenzó a protagonizar pequeños papeles en varias películas, de las que cabe destacar una en concreto que fue ” Pete Kelly’s Blues”(1955).
Por estas fechas ya se había divorciado de su primer marido, debido a que había conocido a un musculoso atleta que parecía ser más afin con sus gustos personales en cuanto a caballeros. Se enamoró locamente, y con el compartió, aparte de tres retoños, numerosas galas y espectáculos que hicieron las delicias del público debido a su extravagancia.


Pero ella seguía con su empeño de triunfar como actriz, y compaginaba los espectáculos en directo junto a su marido con títulos como “The Girl Can’t Help” junto a Tom Ewell.


En su siguiente película “Una mujer de cuidado”(1957), interpretó el papel de estrella de Hollywood, junto al actor Tony Randall. Su intento de parodiar a la Monroe fue en vano, pero la verdad es que Jayne estuvo deliciosa, y demostró que podía , sobradamente, convertirse en una estrella de cine.


En “Bésalas por mí”(1957), trabajó con el archiconocido Cary Grant, interpretando la actriz, una vez más, el papel de rubia tonta. Pero contrariamente a lo que se suponía la película no tuvo el éxito esperado, y fue un fracaso de taquilla.



En el año 1958, intervino en “La rubia y el sheriff” una parodia de western delirante y cómico,que rodó en Inglaterra junto a Kieron Moore. Tras este film, volvió a rodar otros dos títulos en Inglaterra, que no beneficiaron para nada a su carrera.
Poco a poco, su trayectoria por el cine se fue deteriorando, hasta el extremo de protagonizar películas que caían prácticamente en el mal gusto. De esta penosa etapa tan sólo cabe recordar “The George Raft Story”(1962), un curioso film en el cual Jayne intentó dar vida a una gran dama de Hollywood llamada Betty Grable.
Mientras interpretaba estas mediocres películas, en las que por otra parte no tenía ni el más mínimo pudor en mostrar el voluptuoso cuerpo que Dios y sus padres le habían dado, también trabajaba haciendo strip-teases en los escenarios de Las Vegas.
Lo más curioso es que con sus espectáculos en directo sí que lograba un lleno absoluto, al igual que con sus apariciones en la prensa amarilla, donde sus fotografías eran muy bien recibidas por los lectores.
Estos números de cabaret, ideados por ella y por su musculoso marido, los llevaron a trabajar por innumerables ciudades tanto americanas como europeas.


Se encontraban ensayando uno de estos números, cuando tuvieron el accidente que les costó la vida. Este terrible accidente segó la vida de Jayne y su pareja, y milagrosamente salieron ilesos sus tres hijos que viajaban en el asiento de atrás.
Circula la leyenda de que Jayne fue decapitada en el impacto sufrido contra el camión , pero las informaciones oficiales siempre desmintieron este hecho, apuntando a que todo se trataba de un macabro error, al confundir una de las tantas pelucas que Jayne utilizaba para sus actuaciones, que quedó tirada por el impacto en la calzada, con su propia cabeza.
A partir de su trágica muerte su reputación creció a pasos agigantados, y hoy en día prácticamente se ha situado , a la altura de grandes leyendas de Hollywood.
Representó los aspectos más vistosos y sexuales de una época. Fue una enorme mujer, entrañable, que ni en sus momentos más decadentes perdió su agudo sentido del humor.


martes, 11 de febrero de 2014

SPENCER TRACY Y KATHARINE HEPBURN



Me gustaría recordar junto a vosotros en estas fechas especiales que nos atañen, ya sabéis el 14 de Febrero se celebra el día de los enamorados, uno de los idilios más bonitos y entrañables que naciera en el contexto de un mundo, como es el del celuloide, plagado de desencuentros, traiciones y separaciones amorosas.

Fue un amor pasto de las crónicas sociales del momento, e hizo correr ríos de tinta, debido a sus especiales circunstancias, pero se apreciaba sincero e indestructible, y eso ya es decir mucho.

Spencer parecía que era un hombre de arraigadas creencias religiosas, y digo parecía porque aún con estas creencias, el actor, casado desde hacia varios años con su esposa, tuvo varios escarceos amorosos con actrices como Joan Crawford o Mirna Loy. Su esposa conocía sobradamente las infidelidades, pero parecía conformarse apaciblemente con ser la cónyuge del triunfador actor.

Sin embargo con Katherine pareció ser diferente, y de hecho los 25 años de relación así lo demuestran. Entre ellos saltó la chispa; esa chispa que es indicativo claro de que la mujer, o el hombre, que acabas de conocer, puede ser algo más que una aventura pasajera.



Ella, mujer de carácter donde las hubiese, cuentan que cayó rendida ante el carisma y la fuerza vital deTracy, por otra parte muy afin a la suya propia.

Almas rebeldes las de ambos, unidas además por su pasión por la actuación y por la vida.

Cuando rodaron "La mujer del año", ya mantenían una relación amorosa, y quizá por esta cuestión brillaron doblemente,  ya que en sus miradas y sus gestos se podía apreciar perfectamente, el enamoramiento y la admiración que ambos se profesaban.



Sin embargo él nunca fue capaz de separarse de su esposa. Siempre sintió que los males de ésta eran consecuencia de sus actos, y Spencer jamás dejó de preocuparse por ella, aunque su corazón perteneciese a otra. La unión con Kate era la que le daba la felicidad, y aunque en cierta manera fuese una relación opaca y problemática que les impedía mostrar su amor abiertamente, ambos apostaron por ella .
Siempre vivieron en residencias separadas, pero Kate se conformó estoicamente¿Quién le iba a decir a esta mujer de armas tomar, que se se adecuaría a esta situación, que a cualquier otra le hubiese resultado humillante?

Nunca pudieron formar una familia, pero ¿Que más daba? Ella lo amaba por encima de todo."Por primera vez en mi vida, comprendí que era más importante amar, que ser amada", llegó a decir Katherine en una biografía que escribió muchos años después de la muerte de su amado.



Su historia de amor tuvo que ser difícil, tormentosa más allá de que se trataba de una relación a tres bandas, ya que el carácter de Tracy, provocó en muchas ocasiones que Kate se planteara tirar la toalla. De todos eran sabidas las adicciones que el actor sufría: su alcoholismo era público y notorio.

Pero Hepburn contó con la paciencia y el amor necesarios para auxiliarlo en los espantosos momentos, en los que el actor se dejaba morir. La actriz se convirtió en su amante, pero también en su enfermera y testigo de las peores crisis, físicas y existenciales, del actor.

Nos dejaron como legado unas maravillosas actuaciones,rodaron nueve películas juntos, en las que se podía, y se puede aún hoy en día, saborear esa compenetración que ambos mantenían, tanto fuera como dentro de la pantalla.




Como dijo sabiamente  mi adorado Terenci Moix "Las películas que protagonizaron juntos, no fueron más que un duelo por ofrecerse planos y por regalarse protagonismo".

Spencer murió tres semanas después del rodaje de la película "Adivina quién viene esta noche". Cuando Katherine fue a recoger el Oscar por su interpretación, dijo entre lágrimas :"Siento como si se lo hubiera robado a Spencer"

Años después del fallecimiento de la actriz, se publicó una biografía no autorizada en la que el autor intentaba desmontar la imagen de la pareja, argumentado que todo fue un montaje planeado para encubrir el lesbianismo de Hepburn y la homosexualidad de Tracy. En fin...los buitres siempre rondan las bellas historias. 

Personalmente siempre guardaré un recuerdo delicioso de esta pareja valiente, a la que poco importaron los dimes y diretes, porque ante todo se tenían el uno al otro, y eso fue lo más importante.





lunes, 3 de febrero de 2014

KIM NOVAK






Kim Novak jamás hubiese podido reemplazar a la inolvidable Marilyn en el mundo del cine, y seguramente ni ella misma pensara nunca en hacerlo, pero lo cierto es que los estudios de Hollywood ya tenían pensado este papel para la gélida Kim. Erraron como muchas veces lo hicieron, ya que saltaba a la vista, que aunque bellísima y rubísima, su físico resultaba ser mucho más clásico y distante.

Las comparaciones con la Monroe, sólo por el hecho de ser ambas rubias, estaban servidas, y al ser dueña de una belleza tan deslumbrante, y viendo que Rita Haywort pronto alcanzaría la "madurez interpretativa", que claramente en el mundillo del cine quería decir que se estaba haciendo mayor, también pensaron en ella como una buena sucesora de la mítica Gilda .
A pesar de todas estas trabas iniciales, Kim se hizo un importante hueco en el mundo del cine sin necesidad de imitaciones.







Marilyn Pauline Novak, así se llamaba realmente, nació en Chicago el 13 de Febrero de 1933.
Antes de encaminar su vida hacia el arte de la escena, Kim trabajó en diferentes y dispares oficios. Modelo en unos grandes almacenes, ascensorista, secretaria en una clínica dental e incluso dependienta, pero no fue hasta que la contrataron como modelo de una línea de electrodomésticos, cuando tuvo la oportunidad de viajar hasta los Ángeles, donde ingresó en una agencia de modelos. La agencia le consiguió un pequeño papel en la película “La línea francesa”(1954), y Kim debutó en el cine junto a la ya consagrada Jane Rusell.
Su aparición fue mínima, pues fue contratada precisamente para desempeñar el papel de modelo junto a muchas más chicas de su misma condición, pero el coreógrafo encargado de montar las escenas de esta película, pareció detectar en ella algo indefinible, algo que le recordó a aquellas viejas estrellas de cine de antaño, algo de lo que sólo gozaban unas pocas elegidas. Apostó por ella, y poco a poco la introdujo en el mundo del cine.







Así, un tiempo después firmó un contrato con la Columbia de 6 meses, y a los tres meses de haber cerrado dicho contrato, fue requerida para protagonizar el papel de la chica del gánster en “La casa 322″(1954




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Cuando la película se estrenó, el público quedó maravillado ante la desafiante belleza de Kim, y demandó más películas de esta enigmática actriz.
Al ver tan increíble resultado, la maquinaria del marketing hollywodiense comenzó a rodar, y se propusieron hacer de ella una nueva Rita Haywoth, que , según ellos,se encontraba ya en declive de su belleza, aunque la pobre Rita tan sólo tuviera 36 años.
Su siguiente película fue una comedia llamada “Y fueron felices”(1954), al lado de Jack Lemmon, pero que, todo hay que decirlo, pasó sin pena ni gloria por el panorama cinematográfico.
Por estas fechas se acababa de estrenar la adaptación para el cine de la novela de Anita Loos, "Los caballeros las prefieren rubias" con enorme éxito de crítica y taquilla, siendo su rubia protagonista el principal reclamo de la historia, así que fue en este preciso instante, cuando los directivos de la Fox también pretendieron ver en Kim la reencarnación de otra espléndida y provechosa Diva como era Marilyn Monroe. Sí.... su belleza tal vez no fuese tan carnal y cercana como la de la Monroe, pero a fin de cuentas .. era rubia.
El que no supiesen darle una identidad propia a Kim no era tan extraño, ya que el sistema de estrellas que tantas ganancias les procurara en su día estaba prácticamente expirando.
Su siguiente oportunidad, se le presentó con el film “Five Agains the House”(1955), en el que se mostró a una Kim vampiresa y sexy, que por lo menos consiguió que la prensa comenzará a ocuparse de ella extensamente.







Una vez logrado el propósito de hacerla más conocida entre el público, su siguiente papel, supuso un nuevo cambio de registro, pues dejando a un lado el papel de mujer fatal, la mostraron en la película “Picnic”(1955), como una chica de provincias, natural y bella.Compartió cartel con William Holden, y junto a él protagonizó uno de los bailes más sensuales que jamás se han visto en pantalla grande.






En el año 1956 protagonizó "El hombre del brazo de oro", junto a Frank Sinatra y Eleanor Parker y bajo la firma de Otto Preminger. La película obtuvo un gran éxito de taquilla ya que como tema central tenía el de las drogas, y en aquella época éste era un hecho totalmente provocativo para un público, poco acostumbrado a que le mostraran este tipo de adicciones de manera tan descarnada.

En su siguiente película, “Pal Joey”(1957), tuvo que enfrentarse a Rita Haywort. La ya otoñal Rita, no pudo competir con la belleza joven y natural de Kim, pero aún así la Haywort estuvo adorable, y aunque quizá su tiempo de sex symbol ya había quedado atrás, eclipsó con su enorme interpretación a Kim.









Durante esta época, Kim ya se encontraba entre la favoritas del público, superando a estrellas como Doris Day, Marlon Brando y Grace Kelly entre otros, pero los críticos seguían siendo bastante duros con sus interpretaciones, llegando a apodarla “Miss Deep Freze” cuya traducción, "señorita profundamente helada", daba buena cuenta de la opinión que se tenía sobre ella, y sobre sus frías y distantes interpretaciones.
Todas estas críticas no mejoraron con la que sería su siguiente película “Jeanne Eagels”(1957), una mala biografía sobre la vida de una actriz de la época de cine mudo, que murió a causa de las drogas al no saber asimilar su triunfo, pero eso sí, Kim lució exageradamente bella.









Su reconocimiento profesional, llegó sin duda alguna de la mano de Alfred Hitchcock. Aunque en un principio para interpretar la película “Vértigo “(1958), se pensó en la actriz Vera Miles, Hitchcock no pudo resistirse a la belleza fría y misteriosa de Kim y le ofreció el papel protagonista, junto al magnífico James Stewart . Lo curioso es que aunque hoy en día está considerada como una de las mejores obras de Hitchcock y una auténtica película de culto, cuando se estrenó no tuvo el éxito de taquilla esperado.







Fue también en 1958, cuando se estrenó la película “Me enamoré de una bruja”, que fue una nueva versión,hubo una anterior protagonizada por Verónica Lake, diseñada especialmente para el lucimiento de Kim, y que la llevó de nuevo a trabajar junto a James Stewart.







Este año fue sin duda uno de los mejores de su carrera. Sin embargo, y aunque fuera una actriz ya muy reconocida, sus compañeros de trabajo comenzaron a desvirtuar su imagen acusándola de endiosada y altiva.
No fue este hecho impedimento, para que el mismo director, Richard Quine, que la dirigió en la película antes citada, volviera a trabajar con ella en “Un extraño en mi vida”(1960), película en la cual formó pareja con un atractivo Kirk Douglas. La película, aunque pocas veces aparece en la lista de las mejores que se hicieron en aquella época, resultó ser un film muy interesante, y se podría llegar a catalogar hasta de excepcional para los puritanos tiempos en que fue rodado, ya que mostró sin tapujos la infidelidad de dos personas que se suponían felizmente casadas.





Por tercera y última vez, volvió a trabajar con este mismo director en el año 1962 con el film "La misteriosa dama de negro", donde compartió cartel con figuras importantes como Fred Astaire y Jack Lemon ,en una deliciosa comedia de intriga, en la que se sacó partido descaradamente de su enorme sensualidad.









Este mismo año y bajo el mandato de la Metro protagonizó "Una vez a la semana" una estupenda comedia que adornó con su espectacular presencia. Más dos años después, cometió un error al aceptar un papel que años antes había puesto en escena la gran Bette Davis en la película “La servidumbre humana”. Las comparaciones entre una y otra dejaron a Kim algo mal parada.
En 1965 Billy Wilder la dirigió en la película “Bésame, tonto”. El film vino precedido del escándalo, ya que se tachó casi de pornográfico.
Protagonizada por Kim y Dean Martin, parece ser que en su momento fue neciamente subestimada, algo por otra parte incomprensible, ya que visionándola años después te encuentras con una obra divertida, irónica,entretenida y cuyo guión fue escrito personalmente por las manos del gran genio que fue Wilder.









En el año 1968 Robert Aldrich,depositó su confianza en ella para que protagonizara una película llamada “ La leyenda de Lylah Clare”. Esta cinta parece ser que se basó en la vida de una mítica estrella (presumiblemente Marlene Dietrich). La idea era presentar a Kim como una de aquellas Divas glamourosas y magnéticas de antaño, pero aunque la actriz intentó darle al personaje toda la magia que necesitaba para fascinar al público, su interpretación estuvo bastante lejos de reflejar el encantamiento que en la vida real despertó Marlene entre la gente.




Ya entrado el año 1969, rodó una película llamada “Ojos verdes, rubia y peligrosa”, que pasó sin importancia por el cine debido a su mediocridad. Kim no volvió a ser reclamada hasta el año 1979, y esta vez para ser la acompañante de David Bowie en una cinta bastante extravagante que llevó por título “Gigoló”.
En “El espejo roto” (1980)cinta que fue una adaptación de una novela de Agatha Cristie, apareció de nuevo junto a un buen reparto de estrellas como Liz taylor o Rock Hudson, demostrando que el paso de los años la habían ayudado a perfeccionarse profesionalmente, convirtiéndola en una estupenda actriz.







Su vida privada fue casi tan enigmática como ella misma. Poco se supo de sus conquistas, tan sólo que se casó por primera vez en el año 1965 con el actor británico Richard Johnson, divorciándose de él tan sólo un año después, y que no fue hasta el año 1976, cuando contrajo de nuevo matrimonio, con un veterinario, con el cual aún permanece casada, viviendo una vida tranquila y solitaria, en algún rancho perdido por las montañas de Oregón.
Su imagen, turbadoramente bella, fue la que hizo que películas bastante mediocres, llamaran la atención del público. Un público que la ensalzó a la categoría de estrella, y que hizo de ella una de las mujeres más populares e importantes de su generación.
El cine, también en cierta manera, reconoció tan ilustre categoría, al otorgarle el Oso de Oro de Berlín en el año 1997, como compensación a toda una carrera dedicada al séptimo arte.









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