domingo, 13 de abril de 2014

LAS MUJERES DE BUÑUEL



Siempre he sentido una fascinación extraña por el cine de Buñuel. Me gusta ese ambiente perturbador e incluso pelín pecaminoso que siempre ha caracterizado a su obra. 

La primera vez que me encontré cara a cara con los "delirios" de Buñuel fue en la adolescencia, y con la película "El ángel exterminador".

La atracción ante semejante rareza fue inmediata. ¿Qué conclusión racional podría encontrar tras haberla visionado? Pues lo cierto es que ninguna, porque en realidad, más allá de la evidente crítica a la burguesía , me pareció un verdadero disparate.

Pero...... que disparate tan hipnótico!!!




Comencé entonces mi periplo por su cine. Ya tenía constancia de que siendo prácticamente un muchacho  había logrado inquietar al público con un cortometraje llamado "Un perro andaluz";  pero... !que difícil era en aquellos tiempos de mi adolescencia en los que Internet ni siquiera estaba en proyecto, poder acceder  a este tipo de cine!

Infinita paciencia, y un día en la 2 programaron para un lunes por la noche la tan deseada producción.

Ni  mi peor `pesadilla podría haberme provocado las sensaciones malsanas que me provocó esta obra.

Qué imágenes más sugestivas! Sentí esa misma atracción morbosa, creo que ésto es algo inherente al ser humano, que nos hace volver la cabeza ante un accidente de tráfico: no queremos verlo, pero la curiosidad ante lo escabroso es inevitable...., por lo menos en mi caso.

Me llamó profundamente la atención la actitud de la mujer que se sienta sumisa y dócilmente en la silla, y que imperturbable se deja cortar el ojo como si tal cosa. Y es que en todas sus películas Buñuel otorga un papel relevante, para bien o para mal, a la figura de la mujer.






Ahí tenemos también el caso de Silvia Pinal en  "Viridiana". Su personaje es el de una mujer inocente y pura, pero que, aún con estas virginales características, resulta tentadora ante los ojos abyectos de su tío. El deseo de la carne que incita, aún sin pretenderlo, conducirá al hombre a la absoluta fatalidad. 

Sus mujeres fatales quedan lejos del arquetipo que tan famoso hiciera Hollywood, pero la subjetividad de Buñuel siempre las presenta como criaturas provocadoras, que finalmente acaban invadiendo y desorganizando el mundo masculino.




En "Simón del desierto",  la mujer aparece como una diablesa tentadora que intenta desmoronar el ánimo de Simón. Una mala pécora que con su malignidad pretende destruir todas las creencias de este singular personaje.




"Belle de Jour". De nuevo Buñuel le confiere a la mujer,  mediante el personaje de Severine, una especie de dualidad perversa.

Severine.. acomodada señora de la burguesía, que tanto desprecia Buñuel, resulta ser de todo menos decorosa.






En "Tristana", la mujer es una víctima inocente de la lujuria del hombre, aunque lo cierto es que el asedio psicológico y sexual de Don Lope, ira transformando a esa preciosa chica, angelical y sumisa, en una mujer fría y siniestra.




En "Los olvidados" la figura materna cobra vida a través de una madre  desnaturalizada, que desprecia a su hijo en varias ocasiones. De esta manera el director convierte a la mujer madre, en un ser maligno, incapaz de sentir la mínima empatia con el fruto de su vientre.




Terminaré este pequeño recorrido por el particular universo de este director, creo que fue la última película de su extensa carrera, con "Ese oscuro objeto del deseo".

El retrato de la mujer en esta libre adaptación de la novela de Pierre Louys , resulta en todo caso, bajo mi punto de vista, diferente a los anteriormente expuestos.

Aquí la mujer es atractiva, sexy y en cierto modo intimidatoria, pero aunque le gusta ser admirada, no parece expresar su propio deseo.





Esta reseña se me ocurrió al encontrar un artículo sobre Buñuel, en el que se hacia hincapié en su notable misoginia, comparándolo con otro genio como fue Hitchcock.

Sea como fuere, en mi no ha existido ningún ánimo de desvirtuar su imagen, ya que siento una gran admiración por este director español, cuyo cine surrealista me resulta sumamente atrayente. Tal vez sus películas fueran una proyección de sus propios traumas.. casi estoy segura de ello. Pero no por ésto, dejó de hacernos sentir emociones y sentimientos: esa fue, y será, la magia de Buñuel.

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